Carlos Lepro: Una Leyenda del Automovilismo Uruguayo

El 1 de noviembre de 1968, el automovilismo uruguayo perdió a una de sus figuras más destacadas: Carlos Lepro, apodado “Yuyo”. Mientras se dirigía hacia Rafaela para participar en un torneo triangular organizado por el Automóvil Club Argentino (ACA), Lepro y su acompañante Carlos González encontraron la muerte en un trágico accidente en las cercanías de Pergamino, Argentina. Conducía un prototipo de la empresa Supertap de Chivilcoy, un auto que estaba preparando para su debut en las competencias de Turismo Carretera (TC).

Una Trayectoria Llena de Éxitos

Carlos Lepro se destacó en el automovilismo tanto en Uruguay como en Argentina. Fue conocido por su destreza al volante, especialmente en las competencias de Turismo Mejorado (TM) y Turismo Anexo J (TAJ), donde dejó su huella en la década de los 60. Junto con su compañero de equipo, Olmedo, dominaron el automovilismo de la época, especialmente con el Alfa Romeo Giulia Sprint GTA que Lepro adquirió con la ayuda de amigos. Este auto, preparado por Autodelta, fue con el que Lepro logró importantes victorias.

Entre sus éxitos más recordados se encuentran el Gran Premio del ACA de 1965 y la carrera de Mar y Sierras en 1966, ambas con Olmedo como copiloto y al mando del Giulia GTA. También destacó en 1963, cuando, junto a Silveyra, ganó el Gran Premio en Turismo Mejorado con un Alfa Romeo Giulietta.

El Trágico Final

El destino de Lepro se truncó cuando, en la noche lluviosa del 1 de noviembre de 1968, mientras asentaba el prototipo Supertap que pensaba debutar en TC, sufrió un accidente fatal al intentar adelantar un camión. El choque terminó con la vida de Carlos Lepro y su acompañante Carlos González, cerrando así el capítulo de una prometedora carrera en el automovilismo.

Un Legado que Perdura

El Alfa Romeo Giulia Sprint GTA con el que Carlos Lepro alcanzó la gloria en 1965 fue restaurado y hoy se conserva como un testimonio de su legado en el automovilismo. Aunque su vida fue truncada por la tragedia, el nombre de Carlos “Yuyo” Lepro sigue siendo recordado con respeto y admiración, no solo por su talento en la pista, sino por su pasión y dedicación al deporte.